Los pulsos chinos son una maravilla del ser humano que se descubrió hace 5000 años aproximadamente.
Mientras que la Medicina Occidental detecta un solo pulso radial que brinda información sobre circulación y el corazón (frecuencia, intensidad, dureza de las arterias, etc.), la Medicina Oriental estudia y diagnostica nada menos que 12 pulsos diferentes, 6 en cada muñeca (3 profundos y 3 superficiales).
Estos corresponden a los 12 meridianos fundamentales (hay muchos más) cuyo trayecto por el organismo se conoce con absoluta precisión. Los fundamentales son: Pulmón, Intestino Grueso, Bazo-Páncreas, Estómago, Circulación-Sexualidad ó Pericardio, Triple Recalentador, Corazón, Intestino Delgado, Hígado, Vesícula Biliar, Riñón y Vejiga.
Es tan fantástico este hecho de que todos los órganos pulsen en las muñecas, en lugares ligeramente diferentes, que resulta difícil de creer. Tanto es así que algunos médicos occidentales que practican la Acupuntura, no los consideran. Y es una verdadera proeza de la Cultura China haber descubierto esto, hace 5.000 años y sin ningún tipo de instrumentos (recordemos que los meridianos son conductos virtuales sin existencia real anatómica, es decir si se hace un corte de un brazo, no hay ninguna estructura que pueda decirse, “este es el meridiano”).
Aprender a tomarlos es una tarea relativamente fácil, aunque después de 20 años de práctica, la información que me brindan es mucho mayor. Recuerdo hace muchos años intenté avanzar en el estudio teórico de los pulsos, y resultó que había Tratados enormes que solo hablaban de este tema. Una tarea realmente ciclópea.
Su alteración produce síntomas específicos para cada meridiano. Y así como desaparecen las dolencias, los pulsos correspondientes a esos meridianos, también se restauran.