Está claro para mí que va a ser muy difícil que convenza a más de unos pocos de la relación que existe entre estos dos factores.
Y está muy claro ya que lo he intentado muchas veces verbalmente, especialmente con los deportistas para los cuales éste es un factor crucial, y no lo creen a pesar de que muchos de ellos son personas inteligentes.
Y no es solo la alimentación la que nos hace proclives a una lesión, sino que la alimentación es uno más de los factores que intervienen en todas las cosas que nos suceden en la vida, no solamente en las lesiones.
Asimismo este texto, como la mayoría de las cosas que escribo, no solo estará lejos de ser un enjundioso tratado sobre una materia, sino que tampoco tendrá la poca extensión que exigen algunos lectores, acostumbrados a leer 4 cosas seguidas por internet y luego cambiar a otro sitio, por lo que recomiendo su lectura completa. Pues así como un tipo de miopía es cambiar la atención de un objeto a otro, lo que impide por supuesto profundizar la vista y lleva a convertirse en “corto de vista”, lo mismo sucede cuando cambiamos de un tema a otro rápidamente; no podemos profundizar en ningún tema y somos “cortos de entendederas”. (Cómo creo que dicen por España). Por ello aunque mi propia experiencia me indica que no se puede conformar a todos, trataré de resumirlo y además dividirlo en un par de entregas para que no les sea tan tedioso.
Los Orientales, se han ocupado durante milenios de la biofísica del cuerpo humano, es decir de cómo circulan las energías en el cuerpo humano (porque son muchas).
Mientras que en Occidente, durante un tiempo mucho menor, nos hemos ocupado de la anatomía, de analizar hasta lo más infinitamente pe-queño, de ver de qué están compuestas las cosas y el cuerpo humano, es decir de la bioquímica del mismo. Ahora bien, los orientales han asimilado muy bien la experiencia occidental, es decir no se concibe ningún hospital chino que no tenga un laboratorio de análisis o un tomógrafo, etc. etc. Mientras que los occidentales seguimos viendo esto de las energías como algo medio esotérico y muy pocos hospitales o universidades occidentales toman estos conocimientos con la debida seriedad y respeto. La mayoría de las veces son tratados como conocimientos semi místicos y para nada científicos.
Entonces pretender que un occidental comprenda que lo que comió ayer (la bioquímica) está totalmente relacionado con el accidente o la lesión deportiva que sufrió hoy (biofísica) es como les decía en un principio una tarea muy difícil.
Dicen las antiguas leyendas orientales que antiguos médicos chinos en su inmensa capacidad de observación (recordemos que algunos chinos eran capaces de escribir un poema en sus ideogramas en un pequeño grano de arroz, y por supuesto no existía el microscopio), detectaron que ciertas heridas en batallas tenían la propiedad casi inconcebible de curar ciertas enfermedades. Es decir, por ejemplo: un enfermo de asma (por decir algo) recibía una herida en su brazo y si sobrevivía no solo se curaba la herida, sino que también el asma. Estas experiencias repetidas aunadas a otros conocimientos, permitieron ir delineando planos de cómo se relacionaban las distintas partes del cuerpo (o puntos) con los órganos internos. Por supuesto la experimentación que realizaron durante milenios los llevó a utilizar en lugar de una puñalada en un brazo, una pinchadura con un elemento mucho mas pequeño (una aguja) en un lugar mucho más específico. Los planos de los cientos de puntos y trayectos (meridianos) que existen en la actualidad son solo conocidos por una elite de maestros que son capaces de realizar hazañas que los hombres comunes jamás creeríamos. Pero hay una pequeña serie de meridianos, o pedazos de meridianos, denominados superficiales o “principales”, que son conocidos por la mayoría de los que practican la acupuntura. Ahora bien, así como una herida en una parte superficial del cuerpo incide (por medio de esta red conocida) sobre un determinado órgano, una alteración del órgano incide directamente, por acción recíproca, sobre la energía que transita por una determinada parte del cuerpo.
Es así entonces que si comemos algo que afecta nuestro intestino, se verá afectada la energía que transita por el meridiano de Intestino.
Y por supuesto lo hará pasible de sufrir ciertas lesiones en el trayecto muscular que sigue. Es tan simple como eso. Por ello, es que el conocimiento no esta oculto en los manuscritos enterrados debajo del Mar Muerto hace miles de años, sino que está delante nuestro, aquí y ahora, para aquellos que sean capaces de aprenderlo. Todos los conocimientos necesarios para minimizar las lesiones están en las otras secciones de este sitio, solo hace falta que los estudien y los sigan. En la segunda parte que pienso publicar encontrarán, algunos gráficos de los meridianos y algunos ejemplos clínicos.
Consulten por favor la página.