Escribir un nuevo artículo es también para mí, iniciar una nueva polémica entre los conocimientos convencionales y la medicina naturista.
Valoro mucho la medicina convencional, pero quisiera complementarla con mi concepción naturista, pues cada vez serán más las personas que padezcan Glaucoma u otras dolencias visuales, las que especialmente en niños, se han multiplicado por 10 en el último siglo. Atribuirlo al uso de computadoras sería insensato, ya que 50 años atrás el uso de las mismas era muy restringido y esa tendencia ya existía.
Afirmaría que la humanidad se encamina rápidamente a la ceguera generalizada, por causas alimentarias y psicológicas. De las últimas me ocuparé en otro artículo.
El glaucoma es una enfermedad crónica degenerativa que afecta al nervio óptico. Por evolucionar lentamente sin que el paciente lo registre (carácter insidioso), requiere del control periódico de la presión ocular por parte del médico oftalmólogo convencional, que con su invaluable conocimiento y aparatología podrá supervisar la evolución de la dolencia.
Según estadísticas afecta a entre 60 y 100 millones de personas (en mi opinión, por ser insidiosa, alrededor de 300 millones). Su máxima incidencia es a partir de los 40 años y llega a afectar al 7,5% de la población mayor de 80 años. El glaucoma se produce por el aumento de la presión intraocular que afecta al nervio óptico. Ésta debe ser inferior a 20mmHg y es menester controlarla de rutina en todo examen oftalmológico.
El daño al nervio óptico no se puede revertir, de ahí la importancia del examen de rutina preventivo y del tratamiento del glaucoma detectado para evitar la ceguera. Aunque parezca fantástico, he visto muchas veces como los pacientes con glaucoma, con una dieta adecuada y algunos ejercicios y técnicas visuales mejoran su visión.
Cuando la enfermedad se detecta, muchas veces ya está consolidada parcialmente y se ha empezado a perder la visión periférica. Es decir el paciente ve como si lo hiciera a través de un tubo, puesto que la periferia de la retina ya ha sucumbido. O sea en parte es tarde, de ahí, reitero, la extraordinaria importancia de la prevención.
Si bien nos referimos al glaucoma más común (+80%) que es el de ángulo abierto entre el iris y la córnea, hay otros tipos que son mucho menos frecuentes. Por ejemplo, un glaucoma agudo que requiere la intervención inmediata del cirujano.
Puede ser congénito, subsecuente a un trauma, etc. Aquí surge la importancia de tomar la presión ocular luego del parto. También hay glaucomas con presión intraocular normal, por inflamación, por el uso prolongado de colirios con corticoides sin la supervisión adecuada del médico especialista, u otros tipos llamados pigmentarios por desprendimiento de partes del iris o pseudoexfoliativos, etc.
Lamentablemente la oftalmología tradicional atribuye más del 60% de los casos de glaucoma a factores hereditarios, cuando en realidad se trata de hábitos alimentarios.
Este error cientificista que no resiste el más mínimo análisis epistemológico, se repite en muchísimas otras enfermedades, en que por el simple hecho de que los padres la padecieron deducen que es hereditaria.
No niego la existencia de enfermedades genéticas o hereditarias, pero algunas así categorizadas en realidad dependen de los hábitos, especialmente los alimentarios. Por ejemplo, la miopía. Hay casos de niños descendientes de padres sin miopía que al ser adoptados por padres miopes desarrollaban la enfermedad y viceversa, niños que descendían biológicamente de padres miopes y siendo adoptados por padres con vista normal no adquieren la miopía. Esto no es excluyente. Hay muchos factores a considerar. La ciencia moderna es mayormente estadística, pero ello no basta para tener un grado de cientificidad aceptable.
Son muy valiosos los colirios, Laser y otras intervenciones quirúrgicas. Además hay pocos pacientes capaces de realizar una dieta adecuada y mantenerla en el tiempo. Sumemos también factores de riesgo como la diabetes y otros.
Finalmente quiero expresar que el glaucoma como muchas otras enfermedades de la vista y del organismo, se producen por el excesivo consumo de hidratos de carbono, dulces, golosinas, harinas, cereales, arroz especialmente el refinado, polenta, pastas, etc., y todo tipo de alimentos fabricados dulces o salados (que invariablemente contienen almidón de maíz). Esto parece un concepto muy raro, ya que prácticamente ningún oftalmólogo apelará a la nutrición como medio de tratamiento. Sería además antieconómico para sus prácticas. Hace más de un siglo el naturalista alemán Dr. Adrián Vander expresó claramente que: “Donde PRIMERO afecta la mala alimentación es en la VISTA” Quiero mencionar además que la dieta denominada vegana, tiene aspectos nocivos para la salud.
No por el consumo de alimentos naturales vegetales, sino por los alimentos fabricados y ultra refinados que constituyen alrededor del 80% de sus dietas, atiborrando su organismo con productos “dietéticos” que además de glaucoma y ceguera, producen cáncer y otras graves enfermedades.
Asimismo advierto que el consumo de lácteos no humanos, especialmente el queso, son responsables de la mayoría de las enfermedades de la retina. Estas aseveraciones se basan en mis 40 años de experiencia como médico naturista tratando estas patologías.