Cientos de millones de personas, sin exagerar en lo más mínimo, sufren esta molesta e inhabilitante enfermedad que además conduce a muchas otras más graves, como la esofagitis, la gastroenteritis y la úlcera en cada una de estas estructuras (y a veces la perforación y la muerte).
Y no solo éstas, sino por ejemplo, al inflamar los 7 metros de intestino delgado, que se ve obligado a recibir este exceso de ácido se inflama y por supuesto aumenta de tamaño haciendo crecer asimismo la presión intra-abdominal y conduciendo a las diversas hernias (de hiato esofágico, inguinales y umbilicales).
Por otra parte dado que otra de las importantísimas funciones del intestino es la absorción de líquidos, cuando este se ve severamente inflamado por el exceso de acidez que le viene desde el estómago, se descalibra esa función y absorbe mucho más líquido del que debería. La consecuencia de esto es que se edematiza todo el organismo. Esta es la razón por la cual muchas personas realizan una dieta baja en calorías, sin embargo no logran bajar de peso, pues no se trata de un aumento producido por las grasas que se acumulan por el aumento de las calorías ingeridas sino por el contrario de un aumento en la masa de líquidos que tiene el organismo. (No olvidemos que casi el 80% del organismo está constituido por agua).
Pero las cosas no quedan solamente ahí, pues este exceso de líquido debe ser bombeado como imaginan por el corazón, lo que lleva a la sobre-exigencia cardíaca y a un sinnúmero de enfermedades de este preciado y vital órgano. Obsérvese que la Medicina China desde la perspectiva biofísica (circulación de energía a través de los meridianos), opina exactamente lo mismo.
Pues describe 12 meridianos principales, 6 profundos y 6 superficiales, y establece que los profundos como el del Riñón sostiene energéticamente al de Vejiga, el de Hígado, al de la Vesícula Biliar y entre otros el de Corazón que sostiene al de Intestino Delgado).
Pero esto no es todo, ni mucho menos, las consecuencias a las que puede llevar una gastroenteritis. Hay otro tipo de funciones del intestino que pueden ser severamente alteradas, y que tiene que ver con el metabolismo de la energía en el cuerpo humano. Es decir el intestino tiene la función de sacar la energía de los alimentos para entregarla al resto del organismo, ciclo que se conoce en la medicina occidental como ciclo de Krebs. La gastroenteritis impide esta absorción de energía. Esto conduce primero al cansancio, la falta de resistencia física y también a otras enfermedades muy graves, terribles y mortales como por ejemplo la Myastenia Gravis.
Y por supuesto cuando un médico naturista sugiere (con experiencia) que esta gravísima enfermedad puede tratarse con una dieta adecuada, salen los representantes de la medicina convencional a expresar airados que se trata de una pavada y se indignan que siquiera se sugiera dicha posibilidad (Cuando para colmo la medicina convencional, lo único que sabe hacer es abrir los brazos y decir que “no hay nada que hacer”).
Y esto a pesar de ser una fuerte crítica a ciertos médicos que se creen poseedores de la suma del conocimiento humano, no deja, ni mucho menos de agradecer y admirar a la mayoría de los médicos convencionales que salvan con los recursos que poseen a millones de personas todos los días.
Es una verdadera paradoja que la gastritis, dolencia tan extendida, (y que se cura con 1 semana de dieta adecuada) se haya tratado durante décadas con una dieta blanda a base de lácteos y cereales refinados y sacando las verduras crudas especialmente.
Estos médicos toman la gastritis como si se tratara de un problema mecánico erosivo. Cuando en realidad se trata de un problema químico corrosivo en que los principales responsables son los ácidos producidos por los lácteos y la mala combinación de alimentos, siendo las verduras las principales fuentes de alcalinos capaces de contrarrestar esta acidez. Aquí se ve en forma patente como a veces los médicos, por nuestros errores convertimos una dolencia que se cura rápidamente comiendo bien, en un calvario que dura décadas. En la Universidad de Michigan de U.S.A. se hizo un experimento (hay muchos).
Se monitoreó a 1.000 mujeres durante 10 años. A 500 se les permitió comer lácteos, y a las otras 500 no. Al cabo de esos 10 años el grupo que había consumido lácteos tenía un 50% más de cáncer de mama. (Atención que no estamos hablando de un 5% más, sino un 50% más de cáncer).
Por otra parte, los lácteos tienen mucho calcio, pero éste es muy difícilmente absorbido por el organismo, Ya que se produce una reacción alérgica (que también está totalmente probada) pues estos son alimentos destinados a otra especie (la bovina).
Es más, si hasta se sugiere que cuando se ingiera un comprimido de suplemento de calcio, se lo haga con agua, no con leche pues si no, se dificulta su absorción.
Pero es mucho peor aún, ya que esta misma reacción alérgica se expresa en forma de un aumento de la acidez. Por lo que el organismo apela al calcio de los huesos para compensar esta acidez. Dicho de otra manera los lácteos no solamente no previenen la descalcificación sino que son los principales productores de la misma.
La única especie animal que se alimenta de lácteos destinados a otras especies es la humana, y desde mi humilde parecer su consumo es un error descomunal de la especie humana que ha contribuido a enfermar a miles de millones de seres, amén de las enormes deformidades del carácter que producen, y que no me propongo abordar ahora. . Y no solamente los lácteos son productores de acidez.
También lo son las malas combinaciones de alimentos. En el siglo XX especialmente se ha adoptado la pésima costumbre de comer muchos alimentos distintos a la vez. Por ejemplo si consumimos carne hace falta mucha acidez para digerirla, en cambio si consumimos cereales (arroz, pan, etc.) necesitamos una acidez mucho menor.
Ahora bien, si consumimos carne y cereales a la vez, éstos últimos se ven sometidos a una acidez mucho mayor de la que requieren para su digestión. Entonces en lugar de convertirse en glucosa y otros hidratos de carbono, se acelera su transformación química y pasan a una molécula más chica, el ácido acético, liberando en esa transformación una molécula de anhídrido carbónico que va, junto a otros, a conformar los gases.
Y el ácido que se forma irrita totalmente el tracto gastrointestinal, produciendo todos los males mencionados y muchos más. Por ejemplo otra de las importantísimas funciones del intestino delgado es regular su propia piel o epitelio, para decidir de esa forma lo que entra o no entra al organismo.
Pero para la medicina china los distintos órganos tienen funciones globales. Es decir que regulan también los demás epitelios del organismo, incluso la piel propiamente dicha, ocasionando la enorme mayoría de sus dolencias.
Y mucho más aún, teniendo en cuenta que aproximadamente el 80% de los cánceres de todo el organismo son de origen “epitelial” se convierte en el principal generador de los mismos.
Es así que este tan poco apreciado órgano (en comparación con otros considerados vitales como el hígado, corazón, riñón, etc.) se convierte en el eslabón perdido entre los conceptos de la Medicina Natural y la teoría que sustenta las apreciaciones ya mencionadas hace 2500 años por Hipócrates de que la enfermedad y la cura dependen fundamentalmente de la alimentación.
Hay muchas otras malas combinaciones, como por ejemplo la muy común de mezclar huevo con cebolla, ajo, puerro, etc. que producen unas substancias denominadas xantinas que son cancerígenas.