Las cataratas pueden beneficiarse muchísimo con mi tratamiento. Aquellas que sean incipientes tienen la posibilidad de limpiarse. Y no meramente esperar a que maduren como indica la medicina tradicional, para ser operadas.
Y aún en aquellos casos en que la catarata esté consolidada y no pueda removerse con el tratamiento natural, es de vital importancia hacer el tratamiento natural antes de operarse. Hay muchas operaciones que fracasan perdiéndose la vista, y no justamente por impericia del cirujano. Sino simplemente porque el ojo ya estaba muy irritado y si encima le realizamos una intervención quirúrgica para reemplazarle el cristalino, lo vamos a irritar muchísimo más.
Es interesante señalar que la presbicia, la catarata, el glaucoma, etc. No son enfermedades distintas, sino estadíos de una misma dolencia.
Primero el cristalino se infiltra y va perdiendo su elasticidad, ocasionando que los músculos encargados de deformarlo para lograr la acomodación para objetos cercanos se vea restringida. Luego se va formando como una nube y finalmente esa nube se va volviendo más densa y se forma la catarata.
Y también por las mismas substancias (específicamente los glúcidos) se va entorpeciendo la circulación intraocular (especialmente a la altura de una redecilla muy pequeña, que se denomina trabéculum) y se produce el aumento de la presión intraocular.
Esto finalmente produce el glaucoma y éste con el tiempo la ceguera. La oftalmología tradicional trata esta última dolencia con gotitas y también con cirugía. Pero también es posible comprobar clínicamente que suspendiendo la ingesta de estas substancias la presión ocular desciende en la mayoría de los casos a niveles normales sin que haga falta ninguna medicación.